martes, 14 de junio de 2011

Basura

me decepciona lo que escriben otros, me decepciona lo que escribo yo. Hoy compro Basura, de Ben Clark pensando, sí, que iba a leer un buen libro en el AVE Madrid-Málaga. ¿cuánto habré leído antes de decidir que no, que no, que no es lo que esperaba, que no es lo que mi concepto de Ben Clark exigía? tal vez 15 poemas ¿poemas? sí, poemas, basurillas (por el título) correctas y bien escritas que sólo son eso, que no es poco, eh, que no está mal visto lo visto en nuestra literatura, pero ay, qué mal me sabe, qué mal, qué mal, ay. Y me da rabia haber dejado de comprar otros que me tentaban, necesito poetas ya que no tengo amigos con los que hablar de poesía, amigos en Málaga, quiero decir.

Estoy escribiendo estos días un poema sobre mis primeros años de colegio, un poema de mierda que no avanza porque tengo la necesidad de que cada verso valga su peso en oro y así no hay nada que hacer, no hay oro cuando buscas oro, lo único de valor sale solo, casi sin querer, y no así, pero bueno, sigo en ello, y sigo estudiando Costes y Control para un examen que tengo este sábado. Cuanto más leo las fotocopias de Costes y Control más me pregunto sobre el sentido de mi vida, sobre la necesidad de hacer esto, joder ¿qué mierdas me importa a mí las distintas formas de imputación de los costes en una empresa? si ni siquiera soy capaz de escribir sobre aquella vez en Nuestra Señora de la Merced en la que me meé en los pantalones porque me castigaron en el rincón contra la pared.

Que alguien me recomiende un poeta cojonudo por favor. Necesito algo.